
Ermitas de Villanúa
La ermita de San Juan de Izuel:
La ermita de San Juan de Izuel es el único resto que ha pervivido hasta nuestros días del antiguo poblado de Izuel (Uxuel), del siglo XIII. Por la festividad del día de San Juan, 24 de junio, se celebra una romería a la que acuden vecinos de Villanúa, Castiello de Jaca y Cenarbe.
Paseo por el viaducto y la Ermita de San Juan:
Paseando por el camino de Orbil, a una hora y media de suave marcha, encontramos el Viaducto de San Juan, con sus 28 espectaculares arcos de piedra. Es una impresionante obra de la arquitectura civil, construida para el paso de la línea ferroviaria del Canfranc. Se inauguró el 24 de junio de 1916.
A unos 2 km. del viaducto, dirección Cenarbe, se encuentra la pardina Izuel y la ermita de San Juan. Un pequeño y humilde de templo, que es el destino de la romería que los vecinos de Villanúa celebran anualmente el último fin de semana de junio. En su interior se pueden contemplar pinturas murales que, aunque son contemporáneas, logran darle a la ermita un sabor tradicional.
La ermita de Santa María de Iguácel:
Esta ermita fue en su tiempo un importante monasterio, muy vinculado a los primeros Reyes aragoneses. La construcción de Santa María de Iguácel fue ordenada por el entonces poderoso Conde Galindo y se sitúa entre los años 1040 y 1050. Más tarde, el Conde lega Santa María a su hijo, Sancho Galíndez, que fue consejero de Ramiro I, primer Rey de Aragón, y tutor de su hijo, Sancho Ramírez.
Fue Sancho Ramírez, ya como rey, quien concede al monasterio de Santa María de Iguácel la cercana villa de Larrosa, lo que nos indica la importancia que tuvo el cenobio en la época.
Sancho Ramírez, tras heredar Santa María, sometió a la iglesia a una remodelación siguiendo los gustos de la corte jaquesa. Se sustituyó la puerta Oeste por un pórtico jaqués con alero sostenido por canecillos y una importante inscripción bajo ellos, ya que data el final de las obras de remodelación de la iglesia y a sus artífices, 1072. También se añadieron pares de columnas rematadas en capiteles en todas las ventanas y el interior del ábside se decoró con arquería ciega de cinco elementos, que dejó sin función a los ventanales originales. No data de entonces la torre cuadrangular, ya que se estima que fue construida entre los siglos XIII ó XIV, y tampoco la decoración del ábside, que corresponde al siglo XV.
El templo fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de Monumento, por el Real Decreto de 8 de junio de 1990 del Ministerio de Cultura, ya que se trata de una de las primeras iglesias de Aragón en presentar cabecera semicircular, característica que se extendería más tarde por toda La Jacetania.
Ruta, a pie o en BTT, hasta la ermita de Santa María de Iguácel y regresar a Villanúa:
A través del Camino de Orbil, una vez superada la ermita de San Juan de Izuel (ver arriba), se coge un sendero a la derecha por el que se llega hasta la iglesia de Santa María de Iguácel (está señalizado). La pista, de piedra suelta, recorre los antiguos núcleos del valle de La Garcipollera, todos ellos, salvo Villanovilla, actualmente deshabitados. A través del La Garcipollera se llega a Castiello de Jaca, pudiendo retornar a Villanúa por cualquiera de los dos ramales del Camino de Santiago.
A pie, el tiempo estimado desde Villanúa es de 5 horas hasta llegar a Santa María de Iguácel, y unas 3 horas, desde la ermita de San Juan de Izuel. En BTT, o corriendo, se requieren unas 3 horas.
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